miércoles, 28 de mayo de 2014

Los clones del bipartidismo y el frente de izquierdas en España

El pasado 25 de Mayo hemos podido observar en las elecciones europeas un cambio evidente en el escenario político español, el tradicional bipartidismo muestra claros signos de decadencia, y es probable que los dos partidos que lo conforman se acaben extinguiendo en pocos años. Actualmente el PPSOE apenas alcanza el 49 % de los votos, ha perdido 14 millones de votos desde las generales de 2008. Esto es, durante los últimos 6 años ha perdido unos dos millones de votos al año, a este ritmo perderían sus 7,5 millones de votos en 4 años visualizando un horizonte optimista, optimista para los que aspiramos a derrocar este régimen, obviamente.

Pero el bipartidismo no ha esperado a derrubarse para crear una alternativa que les permita regerarse y limpiar su imagen, así que antes de caer ya tiene preparados sus clones, para proseguir con las políticas que nos han llevado a esta situación. "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".

Se pueden visualizar 3 partidos claramente continuistas, 3 clones del PPSOE dispuestos a ocupar el vacio de poder que deja tras de si el bipartidismo, UPyD, Ciudadanos y VOX, que ya acumulan 1.756.037 votos. Sin olvidarse de una serie de partidos totalmente serviles a los intereses del bipartidismo, como CIU, PNV, CC, Foro de Asturias. En total las fuerzas que apoyan el actual régimen de capitalismo intervencionista corrupto suman más de 10 millones de votos.



Al otro lado tenemos los partidos de izquierda, los tradicionales y los no tradicionales, que han salido de la marginalidad y en estas elecciones han sumado entre todos 4,5 millones de votos, superando en más de un millón de votos el techo tradicional de las formaciones que podríamos considerar de izquierdas (excluyendo al PSOE por cuestiones obvias). Dicho techo se había alcanzado en 1996 con unos 3,5 millones de votos, con el añadido de que en este caso la participación ha sido bajísima, y por tanto podría esperarse que este número de votos siga subiendo cuando aumente esta participación.

Una parte de este éxito se debe a la reinvidicación de una democracia participativa que han abanderado principalmente varias formaciones Podemos, Primavera Europea, Partido X, Confederación Pirata y Partido da Terra. Un millón sietecientas mil personas que reclaman otra forma de hacer política, más democrática, y más participativa, aunque en algunas de estas formaciones no esté muy claro todavía como van a articular esa participación, o si esta va a ser real y efectiva, o simplemente un mero compromiso sin valor alguno.


Una vez terminado el análisis de los resultados electorales, me gustaría analizar la propuesta que surge de algunos de estos grupos de izquierda de formar un frente común para derrocar al bipartidismo, algo muy bonito a priori, pero que en cualquier caso choca bastante con la realidad, sumando todos los votos de todos los partidos de izquierdas no llegan para derrocar al bipartidismo, y mucho menos para superar en votos a los partidos afines al régimen, que siguen duplicando los votos que podríamos asignar a la izquierda política.

Otro gran handicap que nos encontramos es que al reducir opciones quearían borradas del mapa algunas de las diferentes sensibilidades que han quedado manifestadas en los resultados de estas elecciones. Es obvio que muchas de estas opciones están destinadas a converger por defender posturas practicamente idénticas, pero hay otras que tienen su marca de identidad bien definida, y que podría no quedar reflejada en una gran coalición, perdiendose en realidad una parte importante de estos votos en la abstención, al no existir opciones que representen a los sectores de la ciudadanía que busca estas sensibilidades.

Uno de los argumentos esgrimidos para crear la necesidad de este frente es que movilizaríamos a los abstencionistas, y la respuesta es evidente, nada hace pensar que los abstencionistas van a votar, y mucho menos que vayan a hacerlo unicamente en una dirección, es más, un aumento de la participación llevaría indudablemente a movilizar también al voto de la derecha que en estas elecciones se ha quedado en casa.

Por tanto, no va a haber un gobierno de izquierdas sin un cambio de mentalidad en la sociedad española, un cambio que no está claro que se haya producido como apuntan algunos. No está nada claro que un frente de izquierdas pueda ganar en estos momentos unas elecciones en España, pero una causa común como crear un
PROCESO CONSTITUYENTE o reformar la ley electoral, que simbolicen la caída del régimen corrupto en el que vivimos podría ofrecer mayores garantías para ganar las próximas elecciones.
La necesidad de una constitución más participativa que la actual podría ser el detonante que derrocase definitivamente al bipartidismo y su sistema de partidos corrupto y clientelar.