miércoles, 7 de agosto de 2013

Renta Básica Universal

De un tiempo a esta parte se ha empezado a extender una nueva idea, que consiste en ofrecer un ingreso pagado por el estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quién conviva.

Se trata de la Renta Básica Universal, un nuevo derecho que ya se ha empezado a instaurar en algunos países, y que sin duda merece la pena analizar detenidamente, para predecir sus consecuencias, tanto positivas, como negativas, y así poder tomar en consideración la mejor decisión posible.

En primer lugar vamos a citar sus ventajas, como la mejora de la situación de las personas con un nivel adquisitivo básico, reduciéndose la tasa de pobreza, y los desequilibrios sociales, que actualmente son muy elevados.

Ofrecería la oportunidad de realizar labores no remuneradas, gracias a la garantía de tener asegurada nuestra subsistencia, como por ejemplo el cuidado de niños, de mayores o de personas discapacitadas por sus propios familiares, que de otra forma supondrían un coste económico enorme para la sociedad. Pero también la oportunidad de aquellas personas más desfavorecidas, para estudiar y alcanzar una formación que les permita mejorar sus capacidades para llevar una vida digna.

Se reduciría el poder que tienen las grandes fortunas sobre las personas, al tener estas acceso a más oportunidades de formación, y no depender de estas para su subsistencia. Una sociedad sin miedo, es una sociedad más difícil de dominar. Esto es algo que tiene connotaciones particularmente importantes. Por ejemplo, las presiones por despido para realizar acciones contrarias a los principios propios ya no serían tan efectivas, ya que la amenaza del despido no sería tan grave. Esto ayudaría a luchar contra la destrucción del medio ambiente, contra la corrupción, contra las injusticias sociales, etc.

Permitiría también a las victimas de violencia doméstica, alcanzar una independencia económica, que les permitiría iniciar una nueva vida sin la amenaza de no poder cubrir sus necesidades básicas.

Como consecuencia de todo lo anterior, se mejoraría también el funcionamiento democrático, al disponer los ciudadanos de empoderamiento social y tiempo para ejecutar un activismo social y político que dificulte acciones que amenacen al medio ambiente, la justicia social, o la convivencia entre los individuos.

A pesar de todo ello, existen problemas inherentes al establecimiento de este tipo de medidas, el primero de ellos sería el efecto llamada, relacionado con el establecimiento de esta medida en países pioneros. Para evitarlo habría que poner barreras, como la exigencia de nacionalidad, o de un determinado tiempo de residencia en el país..

También existe el riesgo de ofrecer una renta tan grande, que haga que los estímulos para seguir trabajando en ciertas profesiones no sean suficientes, provocando que con el trabajo realizado, no se cubran las necesidades básicas.

Esto se contrarrestaría a través del libre mercado, ya que ante la escasez productos, y el elevado déficit comercial que se provocaría derivado de un aumento de las importaciones y una reducción de las exportaciones, la moneda se devaluaría de forma automática provocando una subida brusca de la inflación hasta llegar a un nuevo punto de equilibrio en que la gente, se sentiría estimulada a trabajar.

Por ello es importante ofrecer una renta adecuada a las necesidades elementales, manteniendo el estímulo de la gente a trabajar para cubrir el resto de sus necesidades, y mejorar así su bienestar. Sin embargo, parece evidente que la fuerza laboral se reduciría, reduciéndose también el consumo asociado a nuestras ajetreadas vidas, y llegando a un punto de equilibrio en el que trabajaríamos muchas menos horas, y consumiríamos solamente aquellos productos por los que estemos dispuestos a trabajar para conseguirlos. Algo que a priori parece lógico, pero que sin embargo está en las antípodas del capitalismo.

En el caso de utilizar monedas supranacionales, como el euro, que no se pueden devaluar, este punto de equilibrio se alcanzaría ante la necesidad de equiparar los ingresos a los gastos del estado. No sería por tanto la renta básica compatible con el endeudamiento financiero, ya que este endeudamiento exige la devolución de intereses, y esta devolución exige un crecimiento económico que con la renta básica probablemente no sería necesario, y no se produciría, pero en caso de permitir el endeudamiento, volveríamos al modelo clásico, en el que el país queda en manos de los tiburones financieros, que se encargarían de evitar gracias a la carga financiera provocada precisamente por los intereses, que el país pudiese implantar este tipo de medidas en el futuro.

Por tanto para alcanzar la renta básica habría que aumentar de forma drástica la presión fiscal. La forma más razonable de aplicar este aumento, desde mi punto de vista, es actuando sobre el consumo, ya que por un lado de esta forma gran parte de la renta básica revierte nuevamente sobre el estado, a través del IVA, que además nos puede servir para acercar nuestro patrón de consumo hacia un modelo más sostenible y socialmente aceptable. Nos puede servir para tomar medidas como:

- Incentivar el trabajo y la producción locales sometiéndolos a menos impuestos.
- Redistribución de la riqueza, aumentando los impuestos sobre aquellas actividades innecesarias o lujosas, joyería, turismo, viajes, vehículos y viviendas de alta gama, esto implica que paga más quien más consume, y especialmente quien consume productos más caros e innecesarios.
- Reducción del impacto ambiental y aumento de la sostenibilidad, imponiendo un impuesto progresivo en relación a la huella en carbono, que podríamos clasificar para los diferentes productos que salen al mercado.
- Mejora de la salud, imponiendo tasas especiales a aquellos productos que por sus aditivos, exceso de grasa o azúcar son perjudiciales para nuestro organismo.

Tiene obviamente el inconveniente de que habría que controlar escrupulosamente el contrabando y el tráfico de mercancías. Por último de esta forma se desincentiva el consumo interno, reduciéndose así la necesidad de producir más, rompiendo la lógica capitalista de que para vivir mejor hay que crecer económicamente.

Pero el mayor problema, es que todas estas consecuencias serían suficientes como para provocar la ira de los grandes lobbies corporativos, que obviamente nada le importan las vidas de las personas, y que controlan además los medios de comunicación dominantes, mediante los cuales mantienen controlados los deseos y las inquietudes de la mayor parte de la población. La sociedad necesita ser consciente de estos hechos para afrontar con garantías la transición hacia un nuevo modelo económico basado en el bien común, dentro del cual la renta básica cobraría sin duda mucho sentido.

Otro problema es el miedo a que algunos trabajos desagradables no serían realizados, una preocupación que no debería existir, a nadie le gusta recoger chapapote, no existe, o no debería existir ningún trabajo que reúna las condiciones infrahumanas en las que un ejercito de voluntarios sin preparación ni equipamientos de seguridad adecuados, y sin cobrar absolutamente nada, trabajaron para limpiar las playas y los acantilados de la costa gallega durante el Prestige. Por tanto, pensar que se va a dejar de recoger la basura, o que se va a dejar de producir comida, porque nadie va a querer ejercer esa profesión, es desconocer totalmente las profundas raíces culturales sobre las que está asentada la sociedad humana, otra cosa es que aquellos que realicen las peores profesiones sigan siendo los obreros peor pagados, obviamente cada profesión pasaría a ser remunerada en función de la demanda, y no de la necesidad.

Además muchos trabajos desagradables, no rentables socialmente e innecesarios para cubrir las necesidades básicas de la gente, no serían cubiertos al no haber trabajadores dispuestos a ejercer dichas profesiones.

Se eliminaría aparte un porcentaje muy elevado de burocracia relacionada con las ayudas públicas, que podrían dejar de existir, y que acapara ingentes recursos de la administración, que en este caso serían innecesarios al estar cubierta toda la población de un país, o idealmente del mundo.

Aportaría mayor seguridad para los emprendedores, ya que no correrían el riesgo de quedarse sin nada, siempre les quedaría la Renta Básica Universal. Además esta les serviría de complemento durante los comienzos.

Concluyendo, esta transición hacia una Economía del Bien Común supone además una transición cultural e ideológica, que debe ir más allá del individualismo reinante, para fomentar relaciones ganar ganar entre los miembros de la sociedad, olvidándose, de los miedos generados desde un sistema corporativo, que nos controla a través de sus extensas redes clientelares, de las que sin quererlo, formamos parte. Para ello, la herramienta más eficaz para destruir este lazo a corto plazo, parece ser la Renta Básica Universal, y para alcanzar este objetivo, que debería de ser común a todos los ciudadanos de este planeta, puedes firmar esta Iniciativa Ciudadana Europea, que busca la tramitación y el estudio de esta iniciativa ante el parlamento europeo:

http://basicincome2013.eu/ubi/es/

Si los argumentos expuestos aquí te han convencido, difunde o mejora este artículo.

6 comentarios:

  1. No queremos limosnas, queremos un trabajo digno.

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    1. Quiero decir varias cosas, en primer lugar esto no es una limosna, ya que se otorgaría a todos los ciudadanos por igual, en segundo lugar decir que una renta básica universal puede contribuir a conseguir un trabajo digno, a través de los mecanismos que he especificado en el artículo, y que incluyen la reducción de la jornada laboral, y un mayor empoderamiento del trabajador ante la negociación de sus condiciones laborales, en lugar de negociar con una mano delante y otra detrás, como ocurre ahora mismo.

      Próximamente hablaré de nuevo sobre el paro estructural, y el decrecimiento. Porque la tecnología avanza, y las viejas estructuras sociales, no valen para un mundo donde la tecnología avanza, y acaba desarrollando la mayor parte del trabajo. Tenemos una tecnología del siglo XXI, con unas estructuras sociales asimilables a las que había a finales del siglo XIX

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    2. Aparte de que la renta básica universal pretende adquirir la condición de derecho ciudadano, actualmente todos recibimos ya una renta básica cuando nacemos, otorgada por nuestros progenitores en forma de bienes y servicios, sin embargo muchos niños apenas alcanzan para comer, y mucho menos para desarrollarse lo suficiente como para aspirar a las mismas oportunidades que una persona que nace en un entorno privilegiado, esta renta proporciona la oportunidad a estas personas que han nacido en entornos hostiles, de desarrollarse, y alcanzar una vida digna, algo que en las condiciones actuales no es posible.

      Además no solo el dinero es parte de la renta básica, la sanidad y la educación publicas ya forman parte de esta renta básica, se trata de extender un poco más este derecho para que alcance a cubrir las necesidades básicas, y no haya esclavos ni gente pasando hambre en las cunetas.

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  2. JUNT@S PODEMOS, entre todos lo conseguiremos. www.juntxspodemos.org

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  3. Me parece más justo,soportar la Renta Básica Universal, igual que cualquier otro gasto del Estado, sobre los impuestos directos. Los que más ingresan es lógico devuelvan parte de las ganacias a la misma sociedad que las generó, para aumentar el Bien Común (ellos incluídos)

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    1. Los que más ingresan son también los que más tienen, y los que más gastan, la cuestión es a quien queremos castigar, al que produce bienes con sus recursos, o al que despilfarra o acapara los recursos que todos necesitamos para llevar una vida digna.

      Los impuestos indirectos también pueden ser igualmente progresivos, si se aplican adecuadamente, y es socialmente más justo, en contra de lo que se piensa, recaudar en base a los impuestos indirectos que a los impuestos directos.

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