domingo, 11 de junio de 2017

Preparándose para lo inevitable

Hace un tiempo que he venido espaciando cada vez más los artículos, de algún modo he dejado de escribir, en gran parte porque lo que veo en el mundo exterior no me gusta, no me anima a seguir, el mensaje participativo se ha diluido, apenas se menciona, y cuando se hace es por mera propaganda, cuando no para atacarlo directamente desde los grandes grupos de poder, el movimiento social se ha reducido a cenizas, apenas se ven por la calle las típicas manifestaciones de izquierdas con consignas, o algún sindicato protestando por los derechos exclusivos de un determinado sector,  tampoco ha surgido un movimiento cooperativo potente, ni existen organizaciones estables con capacidad para proponer un cambio real.

No ha cundido el pánico, simplemente mucha gente quería seguir como estaba antes de la crisis, sin saber que eso ya no va a ser posible, otros nos hemos dado cuenta de que todo estaba bien atado, véase que a pesar de que se ha destapado una pequeña parte, pero muy importante de la corrupción, apenas ha ido nadie a la cárcel, y que incluso la corrupción cuenta con el beneplácito, consentimiento y aprobación de gran parte de la sociedad como demuestran las últimas elecciones, en las que los dos grandes partidos han recuperado el espacio perdido, sin que ninguna alternativa ilusionante haya surgido para evitarlo. Otros simplemente se han resignado.

Para colmo las grandes reformas que podrían combatir la caída del espacio del bienestar, han desaparecido de la agenda política, como la reducción de la jornada laboral, para repartir el trabajo y la riqueza, o por ejemplo la lucha por conservar el medioambiente y la sostenibilidad, que se ha disfrazado de marketing, se trazan acuerdos mientras nos esforzamos por encontrar la última gota de combustible que hay en el subsuelo para quemarla, aunque cada vez salga más cara y contaminante.

Mientras caminamos hacia escenarios donde las rentas de la gente con pocos recursos se seguirán reduciendo inexorablemente y las grandes fortunas siguen aumentando también con el beneplácito entusiasta de la sociedad, aunque estas se creen de forma poco ética, esquivando impuestos o con mano de obra en condiciones de semiesclavitud.

La contaminación y el exceso de cemento reduce nuestra calidad de vida, y la escasez de agua y recursos provocados por la sobreexplotación y el cambio climático, anticipan tensiones políticas, migratorias y probablemente guerras impulsadas por la necesidad en amplias partes del mundo. Siria podría ser el ensayo de lo que está por venir, de hecho la carrera armamentística ha recibido un impulso muy importante en medio de la crisis.

Y ante todo esto que podemos hacer, solo puedo recomendar lo que llevo tiempo recomendando en este blog, seguramente practicando la democracia, pero a escala más pequeña, a miniescala de cooperativas inclusivas para ir creciendo, ya que no va a ser posible montar un estado alternativo, tampoco desafiar al poder establecido ante el nivel de alineación existente, ni siquiera democráticamente, en definitiva solo es posible aliarse para estar minimamente preparados para el colapso, para ofrecer una alternativa minimamente viable a los que luego estarán perdidos buscando seguramente a un líder que les guíe hacia el desastre, en esos momentos debemos evitar que cunda el pánico, caer en la violencia y el caos. No va a ser fácil.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Cooperativismo, la llave de la democracia

Uno de los grandes problemas del sistema político actual es la incapacidad para promover nuestras propias propuestas, ni siquiera contando con un apoyo mayoritario entre la población, ya que para ser aprobadas estas han de pasar el filtro de las oligarquías asentadas en el poder político y económico. El poder político, supuestamente representativo, en realidad no otorga al pueblo capacidad alguna de cambio. La realidad es que tanto los programas electorales como las líneas ideológicas se difuminan entre mentiras una vez pasado el periodo electoral, a veces incluso antes.

En el último artículo, Los Pilares de la Democracia, dejo patente que ni siquiera es suficiente contar con el poder político. La oligarquía se sustenta en pilares mucho más sólidos que el poder político para mantener su estatus. Pero también dejo abierta una puerta a la esperanza, mencionando la capacidad de transformación social que ofrece el cooperativismo, dejando para el presente artículo un mayor desarrollo de esta idea.

Empecemos con la definición: El cooperativismo es un movimiento que propugna la asociación en cooperativas y la práctica de las mismas. Implica una tendencia a la cooperación en el orden económico y social.


Los principios cooperativos constituyen la base filosófica del movimiento cooperativo, a través de ellos se rigen las cooperativas y. Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Estos principios son los siguientes:

  • Adhesión voluntaria y abierta
  • Gestión democrática por parte de los asociados
  • Participación económica de los asociados
  • Autonomía e independencia
  • Educación, formación e información
  • Cooperación entre cooperativas
  • Preocupación por la comunidad

Desde luego, acostumbrados a escuchar nombres de grandes corporaciones cooperativas donde el capital tiene las riendas, el tipo de cooperativa que promueve la ACI suena casi a ser mitológico. En la mayoría de las grandes cooperativas actuales muchos de los trabajadores son meros asalariados, y otros están coaccionados por la presión que pueden realizar los socios de capital o entidades financieras externas. Resulta obvio que no estoy viendo en Coren o en el grupo Mondragón el modelo a seguir, aunque se acerquen mucho más que otras multinacionales clásicas. El modelo a seguir debe ir de la mano de los principios cooperativos que describíamos antes, y de la economía solidaria, entendiendo como tal la que se ubica en valores tales como solidaridad, cooperación, ayuda mutua, reciprocidad, equidad, responsabilidad participativa, cuidado del medio ambiente, nutriéndose tanto de la necesidad personal y familiar, como de la convicción íntima de querer que a nivel general y comunitario las cosas funcionen mejor (y así se introduce un sesgo o factor importante, pues en la economía tradicional y salvo casos aislados, es el Estado el que debería ocuparse del interés general casi en exclusividad, mientras las empresas y sus empresarios principalmente se deberían ocupar del lucro y de la acumulación, con cierta independencia o indiferencia de lo que le pueda ocurrir al medio ambiente y/o a terceras personas).

En definitiva se trata crear algo más que una empresa, se trata de crear un movimiento de ideas que introducen un nuevo paradigma interpretativo de las relaciones sociales, y una nueva forma de practicar y entender el trabajo y la economía.

De poco vale imaginar el control de las instituciones a partir de la política, mientras los bienes de equipo y el patrimonio sigan en manos de las oligarquías, manteniendo el control de la producción, de los recursos y de quien tiene acceso a ellos y quien no. Y digo imaginar porque al fin y al cabo cualquier movimiento político va a estar bajo la influencia de esta oligarquía, que por medios y capital siempre tendrá capacidad para promocionar a su gente y sus ideas a través de favores personales, manipulación y propaganda masivas, y otros muchos medios a su disposición. Incluso aunque algún partido con aspiraciones de poder llegase a ser realmente democrático y participativo en sus mecanismos internos, algo que no he visto hasta ahora, tendría muy difícil construir una sociedad democrática, el ejemplo más evidente lo tenemos en la II República Española, durante la cual, las oligarquías emplearon todo su poder para boicotear las políticas estatales, hasta el punto de promocionar un golpe de estado en el 36.

Por ello, se me antoja imposible pensar en democracia sin que previamente se construyan unos pilares sólidos para construir una sociedad democrática y justa. Y esos pilares solo soy capaz de imaginarlos en torno al cooperativismo, ya que este puede ser el sustento ideológico y económico necesario para sobrevivir en la estrategia para construir una verdadera sociedad democrática.

Herramientas jurídicas no nos faltan, podemos crear cooperativas de crédito, de consumo, agrarias, cooperativas de segundo grado, ... Si ponemos nuestros recursos, humanos y financieros, al servicio del cooperativismo y la economía solidaria, desde el minuto 0 se iniciará una transformación social. Anteponer el comercio cooperativo de base y local es una herramienta poderosa para empoderar a la sociedad, reducir la desigualdad y los desequilibrios comerciales entre el primer y el tercer mundo, y empezar a construir una sociedad democrática donde sea el conjunto de la sociedad la que marque el rumbo de la economía, que sectores conviene potenciar y cuales no, que jornada laboral se ajusta más a nuestras necesidades, que servicios es prioritario atender. Construir en definitiva la sociedad que queremos desde abajo, paso a paso, tomando nuestras propias decisiones, algo que hoy por hoy no somos capaces de hacer.

Pasamos la mayor parte de nuestra vida en el puesto de trabajo o formándonos para conseguirlo, dependemos de el para alimentarnos, a nosotros y a nuestras familias, y sin embargo, no tenemos capacidad para influir en las decisiones afectan a nuestro puesto de trabajo, ni siquiera tenemos derecho a mantener nuestro puesto de trabajo aunque nuestra aportación haya sido clave para la consolidación de la empresa. Es más, el empresario tiene la facultad de tomar decisiones en contra de los trabajadores y de la propia empresa, y ello sin contar el fraude de ley o las sociedades fantasma creadas para estafar a los trabajadores y al estado. Al final los intereses del trabajador se distancian de los intereses de la empresa, la empresa se ve obligada a vigilar la productividad del trabajador, y el trabajador  percibe (e ignora en ocasiones) que incrementando la productividad por encima de los requisitos puede resultar incluso perjudicado ante una reducción de personal.

Al final, de nada vale avanzar tecnológicamente si el excedente se concentra en unos pocos, y se usa para excentricidades que poco tienen que ver con el bienestar, y para controlar al resto de la sociedad a través de la burocracia, el marketing, el entretenimiento de masas, tráfico de favores, y cuando es necesario a través de los agentes de la autoridad.

Me parece interesante este tema, por lo que en los próximos artículos intentaré abordar ejemplos de cooperativas resilientes ante el capitalismo, y una valoración de los contratiempos y las ventajas que nos podemos encontrar a la hora de promover una iniciativa cooperativa.

lunes, 28 de marzo de 2016

Los Pilares de la Democracia

En este blog desde el principio hemos resaltado la necesidad de disponer de mecanismos eficaces de decisión ciudadana en el ámbito político, su ausencia que por si sola demuestra el primitivo estado de desarrollo de la democracia, que por otro lado es común a muchos otros ámbitos de decisión socio-económica de nuestra sociedad. En este artículo se pretende determinar cuales son esos ámbitos de decisión y organización e introducir el debate sobre algunas de sus carencias, para las que habría que diseñar mejores alternativas.

Habitualmente se centraliza el debate en los poderes clásicos, el legislativo, ejecutivo y el judicial, solo con la mejora de estos tres pilares, avanzaríamos mucho en la democratización de nuestra sociedad. Sin embargo hemos de comprender que la independencia y la democratización de estos tres poderes es imposible sin controlar otros que han alcanzado una mayor influencia en nuestra sociedad que los anteriores. Dichos poderes garantizan la estabilidad hegemónica de las oligarquías dominantes, han sido establecidos gracias al pleno control del poder durante siglos, y forman la principal fuente de legitimidad y control sobre este sistema corrupto y deshumanizado.

Estos mecanismos de poder actúan de formas muy diversas, entre ellos voy a destacar los siguientes:

- Sistema Monetario
- Estructura de la propiedad
- Acceso a la información y el conocimiento
- Poder militar

Posteriormente hablaré también de los poderes clásicos, legislativo, ejecutivo y judicial.

Sistema Monetario: Se trata sin duda de la más poderosa herramienta de control social que existe actualmente, está controlada por instituciones privadas, los bancos, ya que son estos quienes crean indirectamente el 95 % de la masa monetaria a partir de las hipotecas, que conceden a quien quieren y en las condiciones que quieren, controlando así que personas, y que sectores van a mover la economía, incluso a quien se le condona la deuda, quien puede seguir endeudándose, a quien se embarga, aunque surjan circunstancias excepcionales y temporales que dificulten el pago de la hipoteca. Si a alguien deberíamos de exigir responsabilidades ante una crisis, es a los bancos privados, ellos son los máximos responsables.

Caso aparte es el caso de la banca privada, a la que solo tienen acceso las grandes fortunas, diseñada para dificultar el trabajo de los inspectores de hacienda, favoreciendo así la evasión de responsabilidades fiscales y la corrupción.

Ni que decir tiene que el dinero una vez creado supone una herramienta extremadamente poderosa, con el se compran voluntades políticas, judiciales, administrativas, personales, propiedades físicas e intelectuales, se regula quien trabaja y quien no, quien tiene derecho a vivienda y quien no, quien debe de ser protegido, quien debe de ser eliminado e incluso donde creamos un conflicto militar.

Mientras entidades no democráticas rijan el control del dinero es imposible construir una sociedad democrática. Pero es que además, el sistema monetario es inestable, favorece la concentración de capital y no puede ser perpetuado en un mundo finito como el actual, ya que exige un crecimiento continuo e infinito, algo que choca con los límites del crecimiento.

Estructura de la propiedad: No es más que una extensión del poder del dinero, ya que ambos pueden ser fácilmente convertibles, especialmente si controlamos la voluntad política, y por consiguiente las posibles expropiaciones en base a supuestos “intereses generales”.

Al igual que en el caso del dinero, a través de ella se coaccionan muchos derechos, como el derecho a un trabajo digno, a la vivienda, e incluso al uso del conocimiento. En base a la propiedad se establecen los principales mecanismos de acumulación de capital. También es ampliamente utilizada para extorsionar a los mercados, ya que a través de ella se pueden regular los precios, asfixiar a la competencia o crear mecanismos de especulación sobre bienes de primera necesidad.

Una de las peores consecuencias de la estructura y distribución de la propiedad actual, es que los obreros carecen de capacidad de decisión en el ámbito laboral, que donde pasan gran parte de su vida, y de donde salen los ingresos para sostener su economía, y finalmente la economía común de toda la sociedad. La sumisión además aumenta en épocas de crisis, cuando el trabajo escasea, y en ocasiones llega incluso a renunciar a sus derechos, o a arriesgarse a incumplir las obligaciones legales que conlleva su trabajo, renunciando también a usar el equipamiento de seguridad requerido para el desempeño de su labor profesional. En la práctica los obreros forman parte de la empresa, y deberían de poder participar activamente y con poder real en la toma de decisiones dentro de la misma, con el objetivo de limitar el poder que ejercen los puestos directivos y los propietarios de la empresa. Este objetivo es utópico actualmente en la empresa privada, y solo es alcanzable en las cooperativas de base, al menos por el momento.

La distribución de la propiedad es mucho más importante que la monetaria, ya que la moneda es un bien meramente especulativo, con un valor totalmente ficticio, basado en la confianza, y por tanto fácilmente depreciable, la inflación es una forma de devaluar fácilmente la moneda que hemos visto en múltiples ocasiones a lo largo de la historia. Las propiedades en cambio, si tienen un valor real, un valor que debe de ser puesto al servicio de la ciudadanía.

Solo con una distribución adecuada de la propiedad, cuidando que sus usos se ajusten al interés general de la ciudadanía, podríamos vivir en una sociedad justa. Quiero aclarar que esa distribución no implica una intervención total sobre la economía como hemos visto en los países comunistas, también que además de la propiedad estatal y la privada, existe la propiedad colectiva, que puede llegar a ser mucho más decisiva a la hora de establecer un proceso de cambio.

Acceso a la información y el conocimiento: Este pilar de la democracia abarca múltiples ámbitos, que van desde el sistema educativo y formativo hasta las leyes de propiedad intelectual, pasando por el control de los medios de comunicación de masas, la propaganda o la publicación de estudios técnicos y científicos entre otros.

La manipulación o el uso interesado de cualquiera de estos medios en contra del interés general sin duda coacciona cualquier sistema democrático, ya que a través de el se puede moldear la opinión pública, hasta el punto de que una gran parte de la población llegue a negar las realidades que tienen ante sus ojos.

En realidad todos estos canales de información y conocimiento sufren en mayor o menor medida una influencia constante por parte de los poderes económicos, hasta el punto de que en ocasiones resulta complejo tener una opinión propia y fundamentada acerca de la realidad y el bien común.

El Poder Militar: Por desgracia, a través de el se siguen imponiendo leyes injustas, sistemas económicos, dictaduras y golpes de estado, se siguen controlando los recursos geoestratégicos, se mantiene la actividad de las mafias y de los poderes oscuros. Y lo peor está por venir, ya que está proliferando la creación de ejércitos privados, como Black Water (ahora Academi), Defion, Aegis Defense Services, Triple Canopy, DynCorp, Unity Resources Group, Al Quaeda, ISIS, ..., ejércitos subvencionados en muchos casos por fondos públicos, pero sobre los que los estados no tienen poder alguno, más allá del dinero que les proporcionan de forma generosa. Regresamos a los señores de la guerra. Incluso en el ámbito de la seguridad ciudadana se están extendiendo las competencias y las actividades de la seguridad privada en detrimento de las fuerzas de seguridad del estado. GS4 por ejemplo cuenta con 620.000 efectivos trabajando en el ámbito de la seguridad privada. Esta situación sin duda debilita la posición de cualquier gobierno que quiera tomar medidas en contra del poder establecido.

Poder Legislativo: Tal y como llevamos tiempo advirtiendo, este poder que reside en el parlamento carece desde hace tiempo de representatividad real, ni de garantías democráticas que permitan que se cumpla la voluntad del pueblo, del cual se supone que emana este poder. La Partidocracia y la ausencia real de mecanismos de participación ciudadana son su principal lastre. Probablemente la solución esté cerca de la democracia líquida, tal y como hemos tratando en varios artículos a lo largo de este blog.

Poder Ejecutivo: Está gestionado por el gobierno, cuyo poder emana del parlamento, por lo que está sujeto a las mismas carencias y para nada es independiente del poder legislativo, es un todo uno. El control sobre la ejecución de las normas por parte de la Partidocracia que legisla favorece todavía más la corrupción, al poder influir en la vigilancia de su cumplimiento a conveniencia. El ministerio de hacienda, los cuerpos de seguridad del estado, el control sobre la igualdad de criterios en los concursos públicos, son ejemplos de organismos que habitualmente son coaccionados por el gobierno a su conveniencia. Una opción sería delegar parte de las labores de gobierno en la función pública a través de sistemas de sorteo entre los funcionarios que tengan mejores méritos en el ejercicio de su labor, especialmente cuando se trata simplemente de hacer cumplir las normas que emanan del poder legislativo.

Poder Judicial: Es un organismo que se presupone independiente, y de hecho existe una cierta separación e independencia del poder judicial, sin embargo los principales procesos judiciales, aquellos que afectan a las cúpulas de poder están controlados por cargos nombrados a dedo, y es frecuente ver como se apartan a jueces hostiles de sus causas, o como se reducen desde el gobierno los recursos económicos destinados a la investigación de las causas, así como se redactan leyes para entorpecer la documentación de las causas a través de leyes de protección de datos, y otras limitaciones destinadas fundamentalmente a proteger a las mafias instaladas en el poder.

Conclusión:

Después de este análisis, poco alentador, solo puedo decir que la democracia de existir, está en pañales, que lo poco que hemos conseguido está en peligro, y que para alcanzar la madurez democrática es necesario un esfuerzo colectivo de dimensiones muy superior al alcanzado durante el 15M y enfocado a la acción más que a la protesta. Queda claro que hay poderes que están muy por encima del poder político, y que por tanto la acción política, solo puede complementar otras acciones de mayor calado en el ámbito socio-económico.

Alternativas:

Ante un panorama tan desolador es muy complejo generar alternativas que impliquen procesos de cambio, sin embargo en manos de la clase obrera existen suficientes herramientas de cambio para realizar esta transformación social. Su principal activo es el capital humano, la fuerza de trabajo y el conocimiento adquirido. El poder de consumo es más limitado debido a que la mayor parte del capital está en manos de unos pocos, pero también es importante. Estrechando lazos entre el consumidor y el cooperativismo de base (no controlado por socios capitalistas mayoritarios) se pueden generar estructuras de empoderamiento suficientemente fuertes como para llegar a limitar el poder de las oligarquías, incluso antes de conquistar el poder político.

Desde mi punto de vista, la lucha se debe de entender como una acción colectiva en base al interés común, cuyo objetivo principal sea empoderar social y económicamente a todas las partes implicadas desde el primer momento, solo así se pueden lograr avances significativos en la democratización de la sociedad. De este tema hablaré más extensamente en el siguiente artículo.

jueves, 20 de agosto de 2015

Vivir la Utopía

Vivir la utopía” es un documental producido por TVE en 1997. En el se describe la experiencia anarcosindicalista y anarcocomunista vivida en España, que transformó radicalmente las estructuras de la sociedad en amplias zonas del bando republicano, durante el evento denominado revolución española, que ocurrió en el transcurso de la guerra civil de 1936-39.

Se trata de un documento histórico muy interesante para comprender el desenlace de la guerra civil, así como para descubrir el éxito alcanzado por su modelo económico basado en colectividades autogestionadas, que lograron alcanzar un notable y acelerado incremento de la productividad en las zonas donde fue implantado, logrando mejorar las condiciones de vida de los obreros y campesinos, aún a pesar de estar en guerra, y tener que sostener económicamente a las tropas en el frente, encargadas de frenar el avance del Frente Nacional. Por desgracia, este movimiento parece haber sido borrado de la historia con el poder de las armas, y la muerte de muchos de los que apostaron el. Mi intención es difundirlo para que podamos aprender las lecciones que este pequeño, pero intenso fragmento de nuestra historia nos ha dejado.

El documental consta de 30 entrevistas con supervivientes anarquistas de la revolución española, cuyo testimonio muestra la labor constructiva de la revolución social y los antecedentes históricos del movimiento libertario español. Se intenta dar una visión del anarquismo alejado de clichés y superficialidades, introduciéndose en su pensamiento y en su modelo de sociedad.

Llevado a cabo de una manera cronológica, el inicio se remonta hasta finales del siglo XIX, donde ya se viven los primeros esbozos del pensamiento libertario. La llegada de La República significará la formación de los ateneos libertarios, en los que se debate sobre la revolución y se construyen escuelas, que tenían mucho más de culturales que de ideológicas. Son los momentos de mayor eclosión del anarquismo, como así lo delatan los múltiples panfletos y revistas que se editan por esa época y la formación de las juventudes libertarias.

El movimiento revolucionario se inició con el objetivo de repeler el golpe de estado del general Franco, y consiguió evitar que el alzamiento tuviese éxito tanto en Barcelona como en otros muchos puntos de la geografía española donde las fuerzas estatales carecían de la fuerza, la organización y la convicción necesarias para controlar el golpe.

La gran novedad de esta lucha, es que no estuvo centrada sólo en el combate, sino también en el intento de consecución de un nuevo modelo de sociedad. Este nuevo modelo de sociedad, se reflejó en la organización de colectividades agrícolas de millones de campesinos, 3000 fábricas y empresas colectivamente autogestionadas en las ciudades, la unión de 150.000 milicianos anarquistas contra el fascismo, así como las actividades culturales, educativas y el movimiento Mujeres Libres de mujeres contra el patriarcado.


Finalmente la historia acaba cuando los comunistas, más preocupados por el ejemplo que suponía una revolución surgida desde la base, que por el resultado de la guerra civil contra el fascismo, crean un nuevo frente interior, atacando y desmontando las organizaciones anarquistas, así como las milicias que se encontraban en el frente, dejando la victoria en manos del bando franquista.

Obviamente desde este blog no se pretende fomentar la organización de un movimiento militar revolucionario, ni siquiera contra un posible golpe de estado, ya que las consecuencias de dicha guerra siempre serían devastadoras para la población.

Pero si se quiere destacar la potencialidad que tanto a nivel democrático, como económico, y de empoderamiento ciudadano tiene la posibilidad de implementar modelos de gestión similares a los que se crearon durante la revolución española. Dichos modelos deben de encuadrarse dentro de la legalidad en la medida de lo posible,
para ganar también en legitimidad, pero esto no quita, que en ocasiones sea necesario transitar por la delgada línea de la alegalidad, para evitar los sangrantes costes que suponen mantener un sistema excesivamente burocratizado y caduco, pensado para mantener a las oligarquías vigentes. Es evidente que a través de la acción se pueden generar dinámicas sociales que resten legitimidad a las propias instituciones gubernamentales, incluso antes de conquistar el poder político.


Quisiera destacar también, que la organización de estructuras económicas y sociales de base para democratizar la sociedad no elimina la necesidad de conquistar el poder político, ya que solo este puede a aportar la estabilidad necesaria a los nuevos modelos de sociedad que se creen. Sin embargo, la conquista del poder político sin antes crear estas estructuras de base, se me antoja una quimera, en primer lugar porque quien controla los medios económicos controla la capacidad del gobierno para hacer su labor, y por tanto la posibilidad de que puedan terminar con éxito las medidas que pretenden implantar, y en segundo lugar, porque actualmente se está intentando la conquista del poder político a través de estructuras verticales, donde las posibilidades de corrupción, y de control gubernamental desde las oligarquias se incrementan notablemente como se ha expuesto en este blog desde el primer día. No se necesitan líderes para este tipo de movimientos, ni tampoco de ningún grupo impulsor que dirija todo el movimiento desde arriba, la democracia ha de construirse desde abajo, o nunca logrará implantarse. Todos hemos de ser protagonistas.


domingo, 14 de junio de 2015

Nociones sobre soberanía alimentaria, derecho a la alimentación

Este artículo pretende realizar un resumen del Informe del Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Sr. Olivier De Schutter. Este informe examina la forma en que los Estados pueden y deben reorientar sus sistemas de explotación agrícola hacia modos de producción que sean socialmente justos, más sostenibles desde el punto de vista del medio ambiente, de gran productividad y sostenibilidad para que contribuyan a dar efectividad gradualmente al derecho humano a una alimentación adecuada.

Basándose en un extenso examen de las publicaciones científicas especializadas divulgadas en los últimos cinco años, el Relator Especial concluye que la agroecología ha demostrado resultados para avanzar rápidamente hacia la concreción del derecho a la alimentación para muchos grupos vulnerables en varios países y entornos. La agroecología ofrece ventajas que se complementan con enfoques convencionales más conocidos, como la selección genética de variedades de alto rendimiento, y contribuye enormemente al desarrollo económico más amplio.

Es posible crear un entorno propicio para esos modos de producción sostenibles mediante políticas públicas adecuadas, entre las que se incluyen: dar prioridad, en el gasto público, a la contratación de bienes públicos, en lugar de limitarse a ofrecer subvenciones a los insumos; invertir en el conocimiento mediante la reinversión en investigación agrícola y servicios de extensión; invertir en formas de organización social que fomenten las asociaciones, como las escuelas rurales para agricultores y las redes de colaboración de los movimientos de agricultores encaminadas a la innovación; invertir en investigación agrícola y sistemas de extensión; empoderar a las mujeres; y crear un entorno macroeconómico propicio, por ejemplo poniendo en contacto las explotaciones agrícolas sostenibles con los mercados justos.
 
Las comparaciones entre países indican que el crecimiento del PIB logrado gracias a la agricultura es por lo menos dos veces más eficaz para reducir la pobreza que el que se origina en otros sectores. Ahora bien, para lograr ese objetivo algunas inversiones son más eficaces que otras. Los efectos multiplicadores son significativamente más altos cuando el mecanismo de activación del crecimiento es el aumento de los ingresos de los pequeños productores, que estimula la demanda de bienes y servicios de los vendedores y proveedores de servicios locales. Cuando los latifundios aumentan sus ingresos, la mayor parte de éstos se gastan en insumos y maquinaria importados, y sólo llega a los comerciantes locales una parte mucho menor.  Únicamente el apoyo a los pequeños productores puede contribuir a romper el círculo vicioso que lleva de la pobreza rural a la expansión de los tugurios urbanos, y en el que la pobreza genera más pobreza.

 En el pasado, los métodos de la Revolución Verde se dirigieron principalmente a incrementar las cosechas de cereales. Ahora bien, el arroz, el trigo y el maíz son ante todo fuentes de hidratos de carbono: contienen relativamente poca proteína y sólo algunos de los demás nutrientes esenciales para una dieta adecuada. De ahí que en muchos países en desarrollo el cambio de sistemas de cultivos diversificados a sistemas simplificados centrados en los cereales haya contribuido a la malnutrición por falta de micronutrientes. Los nutricionistas insisten cada vez más en la necesidad de contar con sistemas agroecológicos más variados que propicien sistemas de explotación agrícola con una producción de nutrientes más diversificada.

Los sistemas alimentarios deben garantizar la disponibilidad de alimentos para todos. Las estimaciones más citadas señalan que para 2050 debería alcanzarse un aumento general de la producción agrícola de un 70%, teniendo en cuenta el crecimiento demográfico, así como los cambios en la composición de las dietas y los niveles de consumo asociados con la creciente urbanización y el aumento de los ingresos de los hogares. Esta estimación debe ponerse en perspectiva ya que da por sentadas las actuales curvas de demanda, y hay razones que nos permiten pensar que es necesario actuar también del lado de la oferta:

  • Casi la mitad de la producción de cereales del mundo se utiliza actualmente para producir pienso, y se prevé que el consumo de carne aumente de 37,4 a 52 kg/persona/año entre los años 2000 y 2050, por lo que es posible que para mediados de siglo el 50% de la producción total de cereales se destine a aumentar la producción de carne. Para atender a ese aumento de las necesidades podría ser deseable reasignar al consumo humano los cereales utilizados para producir pienso en los países desarrollados, donde el exceso de consumo de proteína animal es una fuente de problemas de salud pública, al tiempo que se desarrollan piensos alternativos basados en las nuevas tecnologías, incluidas las de tratamiento de los residuos y los desechos. Se estima que la pérdida de calorías que se deriva de alimentar a los animales con cereales en lugar de utilizar los cereales directamente como alimento humano equivale a la necesidad anual de calorías de más de 3.500 millones de personas.
  • Las pérdidas de alimentos en el terreno (entre la siembra y la cosecha) debidas a las plagas y los agentes patógenos pueden alcanzar entre un 20% y un 40% de la cosecha potencial de los países en desarrollo.
  • La media de pérdidas posteriores a la cosecha causadas por un almacenamiento y una conservación inadecuados es como mínimo de un 12%, y hasta de un 50% en el caso de las frutas y las hortalizas.
  • Como resultado de las políticas tendentes a promover la producción y el empleo de agrocombustibles, la reorientación de los cultivos de la satisfacción de las necesidades alimentarias hacia la satisfacción de las necesidades energéticas contribuye a aumentar la presión sobre los insumos agrícolas. 

Agroecología:

La agroecología es a la vez una ciencia y un conjunto de prácticas. Fue creada por la convergencia de dos disciplinas científicas: la agronomía y la ecología. Como ciencia, la agroecología es la "aplicación de la ciencia ecológica al estudio, el diseño y la gestión de agroecosistemas sostenibles". Como conjunto de prácticas agrícolas, la agroecología busca formas de mejorar los sistemas de explotación agrícola imitando los procesos naturales, creando así sinergias e interacciones biológicas propicias entre los componentes del agroecosistema. Proporciona las condiciones edafológicas más favorables para el crecimiento vegetal, en particular mediante la gestión de la materia orgánica y el aumento de la actividad biótica del suelo. Entre los principios básicos de la agroecología destacan los siguientes: reciclar los nutrientes y la energía de la explotación agrícola, en lugar de introducir insumos externos; integrar los cultivos y la cría de ganado; diversificar las especies y los recursos genéticos de los agroecosistemas en el transcurso del tiempo y en el espacio; y centrar la atención en las interacciones y la productividad de todo el sistema agrícola y no en especies individuales. La gestión integrada de los nutrientes concilia la necesidad de fijar el nitrógeno en los sistemas de explotación agrícola con la importación de fuentes orgánicas e inorgánicas de nutrientes y la reducción de la pérdida de nutrientes mediante el control de la erosión.

La agroforestería incorpora los árboles multifuncionales en los sistemas de explotación agrícola. En Tanzanía la agroforestería ha permitido rehabilitar 350.000 hectáreas de tierra en las provincias occidentales de Shinyanga y Tabora, y en otros países, como Malawi, Mozambique y Zambia, se están desarrollando proyectos similares a gran escala. La captación de agua en las zonas secas permite el cultivo de tierras antes abandonadas y degradadas y mejora la productividad del agua utilizada en los cultivos. En el África Occidental, las barreras de piedra levantadas a lo largo de los campos de cultivo frenan el agua de escorrentía durante la estación lluviosa, lo que permite mejorar la humedad del suelo, reponer las capas freáticas y reducir la erosión. La capacidad de retención de agua se multiplica entre 5 y 10 veces y la producción de biomasa entre 10 y 15 veces, y la hierba que crece después de las lluvias a lo largo de las barreras de piedra puede servir para alimentar al ganado. La integración de la cría de animales —ganado lechero, cerdos y aves de corral— en los sistemas de explotación agrícola constituye una fuente de proteínas para las familias, así como una forma de fertilizar los suelos; lo mismo ocurre con la incorporación de peces, camarones y otros recursos acuáticos en los sistemas de explotación agrícola, por ejemplo en los arrozales de regadío y los estanques de peces.

En un estudio sobre las posibilidades de estas técnicas, quizá el más sistemático hasta la fecha, Jules Pretty y otros compararon los efectos de 286 proyectos recientes de agricultura sostenible aplicados en 57 países pobres en una superficie total de 37 millones de hectáreas (el 3% de la superficie cultivada en los países en desarrollo). Concluyeron que esas intervenciones habían aumentado la productividad de 12,6 millones de explotaciones agrícolas, con un aumento medio de la cosecha del 79%, a la vez que habían mejorado la oferta de servicios ambientales esenciales.


En el informe se pueden ver también, sobre técnicas agrícolas beneficiosas, en Kenya, investigadores y agricultores desarrollaron la estrategia de "atracción-expulsión" para controlar las malas hierbas parasitarias y los insectos que dañan los cultivos, que duplica los rendimientos del maíz y la producción de leche mejorando el suelo. La estrategia consiste en "expulsar" las plagas que atacan el maíz, sembrando el maíz junto con otros cultivos que repelen a los insectos, como el Desmodium, "atrayéndolas" al mismo tiempo hacia pequeñas parcelas de pasto elefante, planta que excreta una goma pegajosa que atrae y atrapa a las plagas. El Desmodium puede utilizarse como forraje para el ganado. La estrategia de "atracción-expulsión" duplica los rendimientos del maíz y la producción de leche y, al mismo tiempo, mejora el suelo. En Japón, los agricultores descubrieron que los patos y los peces eran tan eficaces como los plaguicidas para el control de los insectos en los arrozales, a la vez que proporcionaban proteínas adicionales para sus familias. Los patos comen malas hierbas y sus semillas, insectos y otras plagas, reduciendo así la mano de obra necesaria para desherbar, tarea que de otro modo tendría que ser realizada manualmente por las mujeres, y sus excrementos proporcionan nutrientes para las plantas. El sistema ha sido adoptado en China, la India y Filipinas. En Bangladesh, el Instituto International de Investigación sobre el Arroz registró un aumento del 20% de los rendimientos de las cosechas, y los ingresos netos, descontados los costos en efectivo, han aumentado en un 80%.


Plantando árboles que toman nitrógeno del aire y lo "fijan" en sus hojas, que posteriormente se incorporan al suelo. Es lo que, en esencia, se consigue con la siembra de la Faidherbia albida, especie de acacia de fijación de nitrógeno originaria de África y extendida por todo el continente. Como este árbol pasa por un período de reposo vegetativo y se despoja de su follaje a principios de la estación lluviosa cuando están empezando a crecer los cultivos en los campos, no compite de manera significativa por la luz, los nutrientes o el agua con los cultivos durante la temporada de crecimiento; en cambio, permite un aumento considerable de los rendimientos del maíz con el que se combina, en particular en condiciones de baja fertilidad del suelo. En Zambia, el maíz no fertilizado plantado bajo los árboles de Faidherbia tuvo un rendimiento medio de 4,1 t/ha, frente a las 1,3 t/ha que se obtenían cuando se plantaba cerca pero no debajo de las copas de los árboles.


Participación y politicas públicas

La participación de los agricultores es vital para el éxito de las prácticas agroecológicas. Hasta ahora la agroecología ha sido desarrollada por organizaciones comunitarias y organizaciones no gubernamentales, y se ha propagado a través de las escuelas rurales para agricultores y los movimientos de agricultores, como el movimiento Campesino a Campesino en América Central. Cada día se expande más la experiencia con técnicas agroecológicas en las redes de colaboración entre campesinos.

Se ha demostrado que las escuelas rurales para agricultores reducen significativamente la cantidad de plaguicidas utilizados, ya que los conocimientos adquiridos permiten sustituir insumos. El Estado puede consolidar esos esfuerzos al prestarles su apoyo. La propagación de la agroecología con el fin de maximizar sus efectos positivos sobre la productividad, el medio ambiente y los ingresos de los agricultores entraña una dimensión horizontal, el aumento de las superficies cultivadas con técnicas agroecológicas, y una dimensión vertical, la creación de un marco propicio para los agricultores. Entre las formas innovadoras de garantizar la expansión horizontal se destacan la estrategia de "propagación experimental". La estrategia se basa en la determinación de zonas de prueba para la propagación, el establecimiento de "plataformas de propagación", la formación de "equipos de cambio" y la selección de asociados, que incluyen desde organizaciones comunitarias hasta empresas privadas. Las zonas donde la adopción de la agroecología tiene mayor potencial pueden determinarse más fácilmente, sobre la base de criterios biofísicos, con sistemas de información geográfica (SIG), como los que se han utilizado en Europa y en el África Meridional para determinar las zonas idóneas para ampliar los sistemas agroforestales.

Las estructuras de incentivos que crean esas políticas para fomentar el cambio hacia una agricultura sostenible deben ser objeto de un proceso de pruebas y reevaluaciones periódicas en el que participen los beneficiarios y que transforme la política en un modo de "aprendizaje social más que un ejercicio de autoridad política". El movimiento hacia la agroecología debe basarse en los propios agricultores, que son sus principales beneficiarios. Las técnicas agroecológicas se difunden mejor de agricultor a agricultor, ya que suelen estar concebidas para una zona agroecológica determinada.

 La agroecología es un sector de alta densidad de conocimientos, basado en técnicas que no se imponen desde arriba sino que se desarrollan a partir de los conocimientos y la experimentación de los agricultores. Requiere que las comunidades de agricultores adquieran conocimientos ecológicos y desarrollen su capacidad para adoptar decisiones. Las inversiones en actividades de extensión e investigación agrícola son esenciales en este sentido. Si bien el gasto agrícola, junto con el gasto público en educación, salud y carreteras, es uno de los cuatro factores que más contribuyen a aumentar el bienestar rural, en los países en desarrollo la investigación agrícola es el factor que más incide globalmente en la pobreza y la productividad agrícola.